domingo, mayo 21, 2006

Tontísima

Por fín, parece que gays y lesbianas se pueden expresar en su totalidad y, de manera progresiva, el resto de los mortales lo va aceptando (unos mejor que otros). Pues bien, he llegado a la conclusión de que a raíz de ésto habremos de cuidar los halagos y ciertas expresiones en voz alta, positivas para el receptor (del mismo sexo, claro. Cuando es de diferente ya se procura tener cuidado para no inducir a equívocos), pues éste puede ser presa susceptible de sentirse acosado o, para que me entienda quien se pierda por aquí, que habrá que cuidar los elogios pues quizás el sujeto se piense que le "están tirando los tejos", siendo ésto lo más lejos de las intenciones del emisor.

Ya que estoy metida de lleno voy a contar la historia a grandes rasgos pero tal y como me sucedió:

Primera hora de la tarde y yo trabajando...
Entra a mi despacho una chica de aproximadamente unos treinta años para dejarme su Currículum Vitae a lo que le sigue una pequeña confusión acerca del puesto solicitado y ello conlleva unos minutos de explicaciones, preguntas orientativas por mi parte hasta llegar al final de la conversación en la que a modo de cese le comento que haré llegar dicho currículo al Coordinador de Área Sanitaria para que concierte una entrevista si el perfil se adapta al puesto vacante.
Hacia la mitad de la conversación ya me había percatado del cutis tan limpio y tan perfecto que mi receptora poseía. Quizás, a causa de mi vicio confesable (¡y carísimo!) de cuidarme tanto la piel comencé a fijarme en la suya y observar, no el brillo, sino la luz que desprendía su rostro.

Cuando me dió las gracias por haberla atendido no pude reprimir hacer el comentario acerca de su piel. Pero sólo eso: su piel, con intenciones que no sobrepasaron el halago más casto e
inocente. Acto seguido y dominada por el nerviosismo se apresuró a decirme que tenía una hija (mientras sacaba de su cartera una fotografía de ella) y no sé qué cosas más porque no le presté mucha atención.

Confieso que me quedé bloqueada porque percibí el pudor que ella sintió pensando -segurísimo- de que se trataba de un coqueteo, ligoteo o algo así. Pero tal que sacó el cartel invisible de "estoy felizmente casada, eh??? y hasta tengo una hija. Que lo sepas", le apostillo que yo también tengo un hijo de casi cuatro años ("fí-ja-te", debería leerse en mi pizarra ficticia).

Bah, no mereció la pena. Y ahora pienso que tampoco mereció ella el cumplido. Por tonta.
Tras conocer mi situación (que si bien quisiera intentar tener algo con ella, el hecho de tener un hijo no tendría que ser ningun obstáculo en un principio) se relajó y comentó que había sido modelo fotográfica y demás cosas que recuerdo vagamente.

El caso es que, cuando me viene a la mente, me recrimino a mí misma por darle la importancia que no tiene y me pongo como tarea no volver a caer en ese error jamás.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

te acuerdas d mi? soy Rebel, :) Lopeza@mailcity.com

03:58  
Anonymous Anónimo said...

Dios mio dayita, cuantos recuerdos... me gustaria saber que es de la reina del nilo, yo sigo siendo el pelos de siempre,mas viejo ;) REBEL

04:13  

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