Lady with the spinning head (II)
Capricornio: Estás rebelde. Algo muerto puede arrastrarse pero sólo lo vivo va contracorriente.
Nunca he creído en la astrología, así que no me voy a justificar por leer hoy el horóscopo.
Lo cierto es que las veces que he caído en esta sección y -por mero aburrimiento- he buscado el mío, me ha costado encontrarlo. Me da la sensación de que se quisiera esconder, como si fuera fiel, como si quisiera colaborar con mi sentimiento de escepticismo hacia este tema.
Lo de hoy ha sido diferente: página derecha, parte central. Es imposible, con esta situación, que mi vista no "cayese en la trampa". Por si fuera poco, ahí estaba Capricornio, centelleante, desafiándome, con las luces de neón parpadeantes.
Por supuesto lo he leído sin escapatoria. Y la frase la he trascrito a colación de las tonterías que hierven en mi cabeza.
Me quedo con la palabra "contracorriente". Así he avanzado siempre, con obstinación y oponiéndome ante los muchos elementos que han intentado impedirme esa marcha que no siempre ha sido ni fácil ni indulgente conmigo.
Y sí, estoy rebelde también (pero no sólo hoy) porque me resisto a deshacerme de una -discordante- pieza que, sin embargo, me hacía feliz de algún modo aún sin ésta pretenderlo.
La soberbia del silencio es mi mejor antídoto. La cura más eficaz probablemente contra esa droga agridulce de la triste figura. Y, por supuesto, monodosis justas de la tenacidad que siempre me ha caracterizado.
En esta vida hay muchas cosas que se pueden conseguir. Mi trayectoria es un claro ejemplo.
Nunca he creído en la astrología, así que no me voy a justificar por leer hoy el horóscopo.
Lo cierto es que las veces que he caído en esta sección y -por mero aburrimiento- he buscado el mío, me ha costado encontrarlo. Me da la sensación de que se quisiera esconder, como si fuera fiel, como si quisiera colaborar con mi sentimiento de escepticismo hacia este tema.
Lo de hoy ha sido diferente: página derecha, parte central. Es imposible, con esta situación, que mi vista no "cayese en la trampa". Por si fuera poco, ahí estaba Capricornio, centelleante, desafiándome, con las luces de neón parpadeantes.
Por supuesto lo he leído sin escapatoria. Y la frase la he trascrito a colación de las tonterías que hierven en mi cabeza.
Me quedo con la palabra "contracorriente". Así he avanzado siempre, con obstinación y oponiéndome ante los muchos elementos que han intentado impedirme esa marcha que no siempre ha sido ni fácil ni indulgente conmigo.
Y sí, estoy rebelde también (pero no sólo hoy) porque me resisto a deshacerme de una -discordante- pieza que, sin embargo, me hacía feliz de algún modo aún sin ésta pretenderlo.
La soberbia del silencio es mi mejor antídoto. La cura más eficaz probablemente contra esa droga agridulce de la triste figura. Y, por supuesto, monodosis justas de la tenacidad que siempre me ha caracterizado.
En esta vida hay muchas cosas que se pueden conseguir. Mi trayectoria es un claro ejemplo.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home