miércoles, diciembre 06, 2006

Imprudencia temeraria

- Me resistiré.
- Vale. Entonces te provocaré. Me meteré en tu cama. Besaré tu cuello. Te arrancaré el pijama. Te haré cosquillas por la nuca. Te diré guarradas al oído. Pondré tus manos en mis pechos. Te lameré los labios cuando no te des cuenta. Te suplicaré que te dejes. Te arañaré hasta donde llegue. Mediré tu sexo con mis manos... Y entonces, sucumbirás.

Le dije que íba a ser así como sucedería pero luego me acobardé. Tenía miedo a que mantuviese su palabra acerca de resistirse y no me quisiera, o preferir frustrar sus deseos por la puta promesa que se había dado a sí mismo.
Le quería. En aquel momento, un rechazo suyo me habría hecho desvanecer.

Estábamos tan cerca que hasta yo empecé a sentir calor. Supongo que el deseo le venció y tuvo que sugerirse. De no haber sido por él, no hubiera sucedido nada.

Nadie ha jugueteado con mi melena como lo hizo.
Enrollaba tirabuzones en sus dedos y tiraba, suavemente. Aflojaba, enrollaba y volvía a tirar... hasta que sus besos me encontraron.


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