domingo, agosto 17, 2008

Ejercicio de cetrería

Recuerdo desde siempre haber sentido una especial devoción por la cetrería, donde el espectacular vuelo de las aves puede ser contemplado desde muy cerca.

Opuestamente a la creencia popular que liga el trabajo del hombre con el maltrato animal, la cetrería no mortifica a este tipo de aves sino todo lo contrario. Se produce un trabajo en equipo en el que ambos salen beneficiados. Además, como por su instinto tienden a alzar vuelos altos, no es aconsejable enjaularlas puesto que sus alas se verían seriamente dañadas.

Unas perchas o arcos clavados en el suelo les sirve de punto de apoyo y descanso donde son atadas a éstos con las correas de cuero que llevan en sus garras de forma permanente hasta el momento de las prácticas de vuelo y caza con señuelo.

Una vez amarradas o sujetas con el guante se les coloca la caperuza, un ornamento bellísimo e imprescindible que termina en lo alto con un copete de tres o cuatro tiras de cuero de unos cinco centímetros de largo.
Existen varios estilos de caperuzas (árabes, anglo-indias, castellanas, holandesas...) pero todas tienen el cometido de tapar los ojos para facilitar el traslado de las rapaces y evitar que se asusten mientras descansan o se las desplaza.

La siguiente fotografía es de un Milano Negro en pleno ejercicio, en Cantabria. Mi objetivo es capturar un Halcón Peregrino, ave por la que siento una especial predilección. Sin embargo, las oportunidades que he tenido de fotografiarlo se han visto truncadas por la rapidez en picado de esta rapaz que llega a alcanzar fácilmente los 400 km/h... (casi nada).

2 Comments:

Blogger Ego said...

aparece ...

03:36  
Blogger UniversoFF said...

Paris

increible ...

17:02  

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