Patente de corso
Pero claro, el pirata nunca pudo disfrutar plenamente del cargamento apresado en la Isla sin nombre. Y no es cuestión de ver quien es el mayor ogro que ha hollado esas tierras.
Simplemente, no merece la pena.
Y tras el visionado de lo que a algunos les depara la bola de cristal en forma de cristalina y mañanera agua, hé aquí el quid de la cuestión. Fina y majestuosamente engarzado suena un Blues en su santuario, y joder, desgarrádme la piel en finas lonchas semitransparentes si miento: es una delicia.
El escuchar algo de locura entre tanta cordura soporífera que atonta y amilana al sentido más osado. So, so. Le daremos una oportunidad al tema hasta que agote las escasas neuronas de 'entre semana'. Sin sentido, como todo lo bueno.
Nada, absolutamente nada, es para siempre. Cuestión de perspectiva, supongo. Y es más de lo mismo halagar al reportero de guerra en sus viajes indómitos por extrañas tierras de codicia (joder, este Blues se vislumbra de vicio en mis masacradas pupilas). Simplemente, la patente de corso dejó de serlo el día en que un pirata tuvo un capricho mayor que lo que ansiaba su corazón con parche en el ojo y pata de palo: for you, my friend.
Por las 'Avenidas del Francotirador' y todos los diablos que plasmaste en tus escritos.
Y no te engañes. Escribes con tanta libertad debido al jodido genio que eres. Que no te extrañe que nadie se anime a tapar las llagas de tus dedos con sermones sinsentido. No naciste para acatar estúpidas normas ;).
Simplemente, no merece la pena.
Y tras el visionado de lo que a algunos les depara la bola de cristal en forma de cristalina y mañanera agua, hé aquí el quid de la cuestión. Fina y majestuosamente engarzado suena un Blues en su santuario, y joder, desgarrádme la piel en finas lonchas semitransparentes si miento: es una delicia.
El escuchar algo de locura entre tanta cordura soporífera que atonta y amilana al sentido más osado. So, so. Le daremos una oportunidad al tema hasta que agote las escasas neuronas de 'entre semana'. Sin sentido, como todo lo bueno.
Nada, absolutamente nada, es para siempre. Cuestión de perspectiva, supongo. Y es más de lo mismo halagar al reportero de guerra en sus viajes indómitos por extrañas tierras de codicia (joder, este Blues se vislumbra de vicio en mis masacradas pupilas). Simplemente, la patente de corso dejó de serlo el día en que un pirata tuvo un capricho mayor que lo que ansiaba su corazón con parche en el ojo y pata de palo: for you, my friend.
Por las 'Avenidas del Francotirador' y todos los diablos que plasmaste en tus escritos.
Y no te engañes. Escribes con tanta libertad debido al jodido genio que eres. Que no te extrañe que nadie se anime a tapar las llagas de tus dedos con sermones sinsentido. No naciste para acatar estúpidas normas ;).
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