Confesando pecados...
No consigo quitarme esa escena de la mente: Viggo Mortensen como Nikolai Luzhin, chófer de una familia de mafiosos de Europa del este exiliados a Londres, se folla a una prostituta, menor de edad en un prostíbulo con varias chicas trabajando en él.
Y es que me excitó tanto esa secuencia (ella es embestida por Nikolai desde atrás) que no puedo y no quiero dejar de recordarla.
Pero el placer del recuerdo no lo encuentro porque se tirase a una cría (si hubiera sido a una de 30 me habría gustado igualmente) sino por la posición que, sexualmente, es mi favorita.
Y por el actor de Promesas del Este, por supuesto, que con sus maravillosos 49 años se cuela en mis sueños y en mis realidades.
Pero con respecto a la posturita en cuestión y otros menesteres, ayer se lo decía a una vieja amiga (que me confesó que le gustaba ser sometida): "a las mujeres, ahora que tenemos el poder en la mano derecha, resulta que nos encanta que, de vez en cuando, nos dominen".
Y es que me excitó tanto esa secuencia (ella es embestida por Nikolai desde atrás) que no puedo y no quiero dejar de recordarla.
Pero el placer del recuerdo no lo encuentro porque se tirase a una cría (si hubiera sido a una de 30 me habría gustado igualmente) sino por la posición que, sexualmente, es mi favorita.
Y por el actor de Promesas del Este, por supuesto, que con sus maravillosos 49 años se cuela en mis sueños y en mis realidades.
Pero con respecto a la posturita en cuestión y otros menesteres, ayer se lo decía a una vieja amiga (que me confesó que le gustaba ser sometida): "a las mujeres, ahora que tenemos el poder en la mano derecha, resulta que nos encanta que, de vez en cuando, nos dominen".
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home