lunes, febrero 13, 2006

Símbolos

Se me antoja curioso comprobar cómo el ser humano se siente atraído por cualquier símbolo fálico o sexual y cómo la representación de éstos han transcurrido paralelamente a la historia del hombre desde el principio de los tiempos, algo obvio, por otra parte, si se tiene en cuenta de que el propio acto forma parte de la naturaleza humana.

Exceptuando a los Primates superiores (principalmente del género Gorilla) que como el Homo Sapiens tienen el "privilegio" de copular tantas veces como quieran a lo largo del año (y del día, ¡já!) el resto de los seres vivos (excluyendo el Reino Vegetal) se limita a la procreación durante una o dos veces en el ciclo anual coincidiendo con la predisposición fisiológica o estacional de las hembras. Estos seres, de los que SE DESCONOCE SI DISFRUTAN DURANTE LA UNIÓN, la realizan con finalidad reproductiva y, además, sistemáticamente durante su período fértil que abarca casi en su totalidad su vida natural.
Eso que se pierden.

Pero algunos cánidos sí se masturban con un peluche o un muñeco.
Yo misma he podido observar cuando, desde cachorro, el chucho que una amiga recogió de la calle iba "ciego" detrás de un cojín (siempre el mismo, por cierto) para -supongo- desahogarse. Y los padres de esta amiga comentaban entre risas que quizás el perro había sido en otra vida un "obseso sexual".

Volviendo a los Primates, se les ha observado en numerosas ocasiones, mientras son objeto de estudio en su hábitat, que disfrutan de su sexualidad, masturbándose de manera muy parecida al hombre y siempre que les viene en gana (también como el Homo Sapiens).
Pero este placer no se reduce a la individualidad puesto que forman parejas para copular por placer. Y estas parejas lo hacen en dos posiciones: la básica o montada, común en casi la totalidad de los mamíferos y -la siguiente justifica lo relevante- la postura que los humanos llamamos "del misionero".
Eligen postura. Asombroso.

Volviendo al principio y haciendo referencia al título de este post, a continuación muestro una fotografía publicitaria cuyo eslogan reza lo siguiente: "Resulta irónico que un teléfono nos deje sin palabras".


Claro -he pensado- es un símbolo fálico. Y, además, resulta atractivo...
Las líneas curvas, la puntita sobresaliente, la base como un pubis... Sencillo y erótico.
Pero, avanzando más, me pregunto si este teléfono de diseño se puede "descolgar", esto es, separar la parte azul curva con forma de falo de la redondeada -o pubis-.
Con este movimiento y su aplicación, se nos remite a la forma más primitiva de la cópula propiamente dicha, la que después de años, siglos y milenios, todavía -y por suerte- no hemos perdido pero que hoy hemos perfeccionado y, además, disfrutamos con ello.
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