Cuando está tan cerca que lo puedes respirar...
Hace algún tiempo, leyendo a Eduardo Punset algo sobre la felicidad, afirmaba éste que, en realidad, se era más feliz mientras intentamos conseguir ciertos objetivos que en el momento cumbre de dicho logro.
Tiene su lógica, pues la meta, justo ese preciso momento en el que tocas la bandera de "llegada", es algo tan efímero que la felicidad de ese lapso de tiempo se derrumba a una velocidad brutal dando paso a un instante -quizá frustrante- siguiente de vacío ya que el premio es entonces pretérito y, por lo tanto, caduco.
¿Durante cuánto tiempo se mantiene el placer lo obtenido con tanto esfuerzo?
El caso es que, a escasos centímetros de tocar la banderita que nombraba al principio, cuando la puedo acariciar si quisiera porque lo he conseguido exactamente tal y como soñaba... Cada vez que he tenido mi pequeño mundo a los pies... me encuentro muchas veces inmóvil. Incapaz de moverme un milímetro porque no quiero seguir. Estoy tan cerca que me retraigo. Me da miedo. ¿Y luego qué? ¿Dónde está el placer si ya lo tengo delante y ya lo despacho porque me he hastiado?
Tiene su lógica, pues la meta, justo ese preciso momento en el que tocas la bandera de "llegada", es algo tan efímero que la felicidad de ese lapso de tiempo se derrumba a una velocidad brutal dando paso a un instante -quizá frustrante- siguiente de vacío ya que el premio es entonces pretérito y, por lo tanto, caduco.
¿Durante cuánto tiempo se mantiene el placer lo obtenido con tanto esfuerzo?
El caso es que, a escasos centímetros de tocar la banderita que nombraba al principio, cuando la puedo acariciar si quisiera porque lo he conseguido exactamente tal y como soñaba... Cada vez que he tenido mi pequeño mundo a los pies... me encuentro muchas veces inmóvil. Incapaz de moverme un milímetro porque no quiero seguir. Estoy tan cerca que me retraigo. Me da miedo. ¿Y luego qué? ¿Dónde está el placer si ya lo tengo delante y ya lo despacho porque me he hastiado?
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