lunes, julio 25, 2005

Viggo, el Capitán

No puedo permanecer impasible y dejar de comentar cuánto me ha sorprendido el último artículo de Arturo Pérez-Reverte (sppl. nº 926 de El Semanal 24/07/05) en cuyo suplemento cada domingo se puede leer una página bajo su firma.

Hace meses que considero, con diferentes amistades y compañías, la retorcida retórica con la que este tipo obstruye nuestro fluído léxico. Y por supuesto, quiero hacer notoria mención a la sobrecarga de tacos que son más que evidentes en tantos párrafos de cada página.

Estoy segura, pues jamás le sigo con diccionario en la mano, de que todas esas palabras mal sonantes están contempladas por la Real Academia Española pero, de cualquier manera, una sobredosis de ellas termina cansando la vista y a mí personalmente, a decepcionarme sobremanera de un autor del que nada he de objetar en cuanto a su labor como periodista. No hay mas que echar un vistazo atrás y ver su testimonio de trabajo impoluto (aunque alguna periodistilla se haya dedicado hace poco a escribir -o a infamar y mentir- acerca de unos cuantos compañeros reporteros de guerra, entre ellos éste, sin credibilidad alguna y con media docena de demandas judiciales de regalo).

Tampoco hay que olvidar su aptitud como creador de novelas que, a pesar de que la mayoría sean Best Sellers y la gente últimamente se crece criticando estas ventas, yo pienso que es un logro para cualquier mortal comerciar tiradas y tiradas de historias firmadas por uno mismo.

Pero es que pienso, y vuelvo a lo de antes, que un escritor que se supone cultiva el lenguaje de forma extraordinaria debería darnos lecciones diarias sobre esto. Más todavía en un suplemento que arrastra miles de ejemplares dominicales. Precisamente para que al resto de nosotros no se nos olvide emplearlo en toda su magnitud.

Asimismo, cualquiera podría llamarle cascarrabias. Creo que el tiempo que llevo leyendo este suplemento no ha dejado de quejarse ni una sola vez llegando incluso a incomodar la lectura (igual que otro compañero suyo, Carlos Herrera, que ha reducido su firma al monotema de la gastronomía hasta aburrir). Bien... hasta hoy.

Cuánto me ha sorprendido la página de hoy, "Viggo, el Capitán", que desde aquí le felicito. El tema es lo de menos. Elogia el físico, la rotundidad y la preparación del actor holandés Viggo Mortenssen ("El Señor de los Anillos") hasta el punto de que no habría otro Diego Alatriste mejor capacitado ni mejor interpretado porque -según escribe- "se ha metido tan dentro del personaje que parece más español que nadie. Y así está, el cabrón. Inmenso. Que se sale".

Entiendo que lo ensalce puesto que la película en cuestión se basa en un relato suyo que de momento ya va por la quinta entrega si no me equivoco. Si no lo hiciese así sería perjudicarse a sí mismo. Pero de cualquier manera, que haya elegido un tema en el que no se "cague en nadie" y tan a penas se lean tacos es de agradecer, sobretodo para la vista y el intelecto, que en definitiva vienen a estar un poco cansados de la ceniza pensadora que anida en tantas páginas.

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