miércoles, junio 22, 2005

No me llames Lepidóptera (versión extendida)

De sobras se conoce que los insectos son el grupo más considerable de todos los animales; basta decir que cualquiera de las órdenes en que se distribuyen supera el doble de todos los animales vertebrados conocidos. Algunas órdenes alcanzan las 300.000 especies descritas, ejemplo de los Coleópteros (escarabajos), pero no menos importantes son otros grupos también muy numerosos como Himenópteros (avejas, avispas y hormigas), Lepidópteros (he aquí las mariposas :P ), o Dípteros (moscas y mosquitos), todos estos con un número de entre 50.000 y 100.000 especies descritas.

Haciendo un inciso apunto que la clasificación zoológica se distribuye en el siguiente orden: Reino, Tipo, Clase, Orden, Familia, Género y Especie. Después se anota el nombre científico (siempre en latín) y, para terminar, el nombre común.


Los insectos se clasifican en dos subclases:
  • Apterigógenos o Apterigotos, que agrupan a insectos primitivos carentes de alas: Ametábolos, es decir, sin metamorfosis o con desarrollo directo.
  • Pterigógenos, con alas (algunas las han perdido por adaptación secundaria), Metábolos, es decir, con metamorfosis, la cual puede ser gradual (Holometábolos) o complicada (Heterometábolos).
Los Odonatos incluyen las libélulas y los llamados Caballitos del Diablo. Agrupan a unas 5.500 especies entre estos dos mencionados (aunque quiero indicar que el término libélula también puede aplicarse, y de hecho se aplica, a todos los Odonatos).

Las larvas son acuáticas, carnívoras (incluyendo otras larvas de libélulas e incluso adultos), y con el labio inferior trasformado en un resorte de piezas articuladas (se le llama máscara), que les permiten capturar las presas.

A su vez se dividen en dos subórdenes:
  • Anisópteros. Libelúlidos (Libélula común)
  • Zigópteros. Desplegando las familias de Calopterígidos, Ésnidos y Agriómidos (más conocidos como Caballitos del Diablo).
Libelúlidos. (¡Ejem, ejem! Aquí estoy yo, para que lo sepas).
Esta familia presenta alas muy reticuladas, membranosas y con abundante nerviación. Las posteriores son mayores que las anteriores y nunca juntan al posarse.
Las medidas máximas en Europa son de unos ocho centímetros de longitud y once de envergadura.
Exhiben una mancha o estigma próximo a su ápice. El abdomen es largo y estrecho. Poseen ojos muy grandes y compuestos, tres ocelos, patas largas y delgadas aunque inhábiles para la función de locomoción, y palpos rudimentarios.
Habitan lugares próximos a ríos y lagunas.
A esta familia pertenecen los géneros Libéllula, Crocothermis y Orthetrum.

Pueden volar hacia delante o hacia atrás, en línea recta, subir o bajar en vertical, girar en el aire sobre su cuerpo, detenerse en mitad de la nada y... flotar. Alcanza una velocidad que equivaldría a 200 km/h. en un hombre... Y no es un helicóptero. No. Es uno de los insectos más antiguo, rápido y sorprendente del reino animal. Un prodigio capaz de darnos lecciones de tecnología: la libélula, la pequeña reina del cielo ibérico que aún puede verse volar antes de que, con la llegada del invierno, muera

REPRODUCCIÓN

Todos los estudios sostienen la compleja biología reproductora que presenta este grupo de insectos, comenzando por la morfología del aparato reproductor de los machos ya que no tiene parangón con ningún otro grupo. Carentes de genitalia primaria, ya que los testículos no mantienen conexión directa con el órgano copulador, es necesaria la trasferencia de los espermatozoides desde el extremo del abdomen a una genitalia secundaria (situada al principio del abdomen, y no al final como es lo habitual en el resto de insectos y en las hembras), forzando así una cópula con posturas extraordinarias, que recuerdan vagamente a un corazón y que llama bastante la atención.

CONSERVACIÓN

Por otra parte, como he anotado anteriormente, los Odonatos están ligados a los ambientes acuáticos, lo que indica su posible fragilidad y problemas de conservación.
El carácter de predador que arriba he descrito, y estando en la parte superior de las cadenas tróficas, los hace todavía más vulnerables si cabe, ya que no sólo son especies sumamente sensibles a la alteración del hábitat, sino que su desaparición también causa graves alteraciones a esos ecosistemas, por su condición de especies clave.
Para conservar las libélulas resulta, por tanto, esencial conservar los hábitats en los que se desarrollan las larvas.

Y para finalizar, me remito, una vez más, a un tema genial interpretado por Eva y Juan (éste a la guitarra. Son Amaral, claro) titulado "En el Río".
En él hablan acerca de la degradación de la naturaleza en torno al río, y supongo que ese río es el Ebro, el cual ha sufrido unas pérdidas extremas de ecosistema en sus riberas. Una de las más conocidas, Cantalobos, a raíz de la construcción del cuarto cinturón en Zaragoza.
Recuerdo las manifestaciones en contra que se llevaron a cabo. En algunas de las cuales incluso participé.
Pérdida de tiempo.
Yo jugué en el río.
Y "las libélulas volaron al exilio".

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