domingo, julio 10, 2005

Obispo del agua

"Donde estoy tengo que comprometerme con los problemas que veo".

(Manuel Ureña, sucesor de Elías Yanes en el cargo de Arzobispo de Zaragoza)

Este "buen" hombre se dio a conocer cuando, atendiendo la diócesis de Cartagena-Murcia, se comprometió activamente con el trasvase del Ebro. Tan solo le quedó desenvainar el crucifijo en la reivindicación del Plan Hidrológico Nacional. Eso sí, en nombre del Santísimo Dios (que es tan piadoso, misericordioso, justo, benévolo y todos esos calificativos que se leen en la Biblia y se escuchan en las Iglesias...) a quien invitamos a todos los saraos cada vez que nos conviene.
En Zaragoza, por el contrario, se le ha estigmatizado, no sin falta de motivos al enterarnos de que nombró a Escrivá de Balaguer en la homilía de su toma de posesión.


Muy Señor Mío:

Habrá de disculpar mi ignorancia: desconozco el estado de su agenda en los próximos meses hasta que, hacia octubre o noviembre, deje de velar por el buen funcionamiento de su despacho en las arenas del Mar Menor.
Me hago "cruces" (irónico, sí) de cómo se las va a arreglar usted para comprometerse por un lado con el "sí al trasvase" en la Comunidad de Murcia y por el otro, con la carencia de agua, cada vez más evidente, en tierras aragonesas.

En Murcia ya nos han demostrado, casi la totalidad de sus ciudadanos, que les faltan dos dedos de frente al arrojarse a las calles por el tema de la constructora Polaris World. En vez de manifestarse antes de colocar la primera escavadora, lo hacen una vez terminadas las obras (oooooolé).
Así que los maños, lo mínimo que podemos hacer es reirnos, porque el cuadro es realmente deprimente. No les queda otra opción que llorar ahora que ya han sustituído una gran cantidad de cultivos de tomate y otras hortalizas de la archiconocida "huerta de Europa" por viviendas adosadas, unifamiliares, chalés e incluso lujosas villas o, peor aún, por campos de golf con nombres que no me invento: Mar Menor Golf Resort, Hacienda Riquelme Golf Resort, El Valle Golf Resort y alguno más que no hacen sino cuestionarme si estos terrenos precisarán también agua del Ebro.

Pero es que aquí, cuando leemos frases como que "ahora tengo que ser sensible a las angustias y esperanzas de los aragoneses" solo se nos sobreviene una y otra vez la palabra "chaquetero". Sí, la de toda la vida...
No se me equivoque, Sr. Ureña, ustedes no permanecen inmunes, pues en la Iglesia ha habido y hay tanta porquería como en cualquier otro lugar corrupto.

Le ruego encarecidamente que explique, no ya a mí, sino al resto de los ciudadanos cómo la solución al problema del agua en Aragón "pasa necesariamente por el amor", según afirmó en las primeras entrevistas que concedió en nuestra capital.

Quizá éste sea un misterio como el de la Santísima Trinidad, me dirá, ¿no?

Sin más, reciba un cordial saludo.

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