lunes, agosto 08, 2005

Así fué como abrí la puerta y te alojaste sin demora en mi vida

Las ideas que un día florecieron, las acunamos como quimeras y terminaron adormeciéndose. Quizás los dos pensamos que se desvanecerían con los años o durante el trascurso de algunos reinos.
Pero has de saber que las fantasías que nunca se disiparon emprendieron una ardua terea en el universo de mis sueños.
La silueta que los dioses te cincelaron besó mis pechos en un amanecer valiéndose de un descuido, y mis labios rojos tallaron una estela con tu nombre mientras te susurraba al oído.
Entonces, todas las marionetas de cristal se resquebrajaron al unísono. Y los hilos de las cuales pendían, los cortamos nosotros mismos.
Y así fué como abrí la puerta y te alojaste sin demora en mi vida...
Apoya Ecoogler.com el buscador ecológico