sábado, agosto 06, 2005

No podía ser otro

La archiconocida fascinación de Steven Spielberg hacia los extraterrestres ha quedado plasmada en la gran mayoría de sus producciones.
"Encuentros en la tercera fase" protagonizada por su alter ego Richard Dreyfuss, encabeza una lista de películas en las que el tema principal aborda otras formas de vida fuera de la tierra.
Toda mi generación, la posterior y varias por delante (incluyendo a los padres abnegados que nos acompañaban para salir del cine con los ojos llenos de lágrimas) hemos visto "E.T.", y hemos crecido a la vez que la pequeña Gertie, convertida ya en una más centrada Drew Barrimore (nieta del gran Barrimore, actor principal de "Dinner at Eight", ains... un clásico del blanco y negro).
Durante la proyección de "Inteligencia Artificial" se asiste a una película de ciencia ficción en la que en un punto de su metraje la cámara va alejándose poco a poco hasta llegar a un plano paisaje y todos pensamos que en breves instantes aparecerán las -a veces decepcionantes- palabras "THE END" de toda la vida. Cuál es nuestra sorpresa cuando no solamente no surgen, sino que en el siguiente fotograma asoman unos -¡cómo no!- extraterrestres. Es tan chocante el impacto que casi provoca carcajadas o por lo menos, pensar para uno mismo algo así como: "a-lu-ci-no", contraponiéndose este lapsus al drama absoluto y, sobretodo, al de ésta segunda parte.
A donde quiero llegar es que no sé a qué extraña obcecación, a qué obsesión se debe ese interés abnegado que continúa manteniendo, a lo largo de los años, este magnate del cine.
Dueño y señor de la Dreamworks, director, guionista, escritor y actor eventual... La dilatada lista de películas en las que aparece su nombre me ha sorprendido de veras.
Como yo lo llamaría... un multitarea (jé!).
Y es por esto por lo que no podía ser nadie más que él quien llevase de nuevo al cine "La guerra de los mundos" con su actor fetiche del momento, Tom Cruise, que atraviesa un momento espectacular pues le encuentro todo lo guapo que no le he visto nunca, a pesar de que jamás le perdonaré que terminara con ladiosa Nicole.
Me quedé perpleja cuando me enteré que hace ya algunas décadas, Steven Spielberg había conseguido uno de los tres guiones originales de "La guerra de los mundos" que el propio Orson Wells elaboró para retrasmitir por radio, provocando de tal manera el caos en toda Nueva York pues los oyentes estaban convencidos de que la difusión era real.
Los otros dos guiones que O. Wells poseía en el estudio en el momento de la emisión fueron requisados por la policía y continúan estándolo en la actualidad.
Así que encuentro que tanto el título de la película, como el director están fusionados, hechos el uno para el otro... Y quizás, ese título no podría adjuntar otro director. Como de la misma manera se me ocurren otros dos nombres para trabajos diferentes: el genial Tim Burton, y la decadente Courtney Love.
La viuda de Kurt Cobain, voz principal del grupo The Hole, ha reducido su abanico de interpretaciones a cualquier tema que tenga que ver con la pornografía ("El escándalo de Larry Flynt", por resaltar el único rol en el que ha sobresalido y, todo hay que reconocerlo, se llevó una bien merecida nominación a los Óscars como mejor actriz de reparto por su actuación como la malograda Señora Flynt pero porque el papel le venía como anillo al dedo).
Dentro de poco aparecerá por las pantallas interpretando a Linda Lovelace, un mito olvidado, mundialmente conocida en su día por su apelativo de "garganta profunda" que además, ofuscada en ser recordada, no hace mucho publicó sus memorias.
Y Tim...
Y su particular manera de hacer cine...
Tan solo él podía adaptar el fantástico relato de Roald Dahl, "Charlie y la fábrica de chocolate", y aportar ese colorido incesante que pellizca la piel y que te seduce, hasta el último minuto.
Fruto de su carácter y de su peculiar estilo de vida, todas sus historias tienen pinceladas góticas y el ejemplo más claro está en un film del comienzo de su carrera cinematográfica como director: "Eduardo Manostijeras", con el cual y a su vez, Johnny Depp empieza la primera de sus cuatro colaboraciones con Tim Burton.
Le seguirán la genial "Ed Wood", interpretando a Edward Wood, un insólito director de cine fantástico de serie B al que le bastaba una única toma para cada secuencia.
Recuerdo que fué "Sleepy Hollow" con lo mejorcito que abrimos el año 2001 y que la elección de Cristina Ricci como compañera de Johnny fué más que acertada. Su enigmático rostro no hizo sino adecuar más todavía la atmósfera creada por el director.
Tan sólo he visto unos fotogramas de "Charlie y la fábrica de chocolate", pero es notorio que el actor y Tim se complementan a la perfección y cualquier papel que le ofrezca éste a Johnny parece hecho a su medida. Así que imagino que el Señor Wonka, dueño de la mayor fábrica de chocolate del mundo (en la ficción, por supuesto) estará extraordinariamente interpretado y no sólo él, sino que el universo que le rodee jamás habrá tenido mejor creador.
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