lunes, diciembre 26, 2005

City of blinding lights

Hasta, aproximadamente, un par de décadas, lo típico de estas fechas consistía en colocar las figuritas del clásico "nacimiento" adaptado a la economía de cada hogar. El día elegido se trasformaba en un evento, en una tarde alegre y festiva para los críos sobretodo cuando había cuantiosas piezas, las cuales servían para recrear nuestra imaginación, interactuando con ellas hasta el día 7 de enero o, en su defecto, hasta el fin de semana siguiente, fecha en que, por regla general, se retiraban todas y se guardaban en cajas hasta las navidades siguientes.

Pero progresivamente fuimos sucumbiendo a las costumbres yanquis y en muchas casas se empezó a sustituir el tradicional "Belén" por el "árbol de navidad".
Este cambio trajo consigo dos graves consecuencias:
  • El declive del juego de imaginación en el que todos los chiquillos hemos participado, consistente en colocar a nuestro antojo las figuritas de casitas, hombres, niños y animales y SOÑAR miles de historias diferentes, a pesar de las reprimendas de las madres y de la tolerancia de los padres.
  • El desastre ecológico producido al arrancar miles de abetos de sus lugares de procedencia (y me da igual que sean de "criadero" porque todos terminan en el mismo sitio. Por el contrario, una gran cantidad no lo son y sus nuevos propietarios se jactan de su denominación de origen, como si fuera un vino, o peor aún, un trofeo), adornando sus ramas con todo tipo de ornamentación brillante y colorista típica de las fechas.
Pero este no es el peor de los males, desde el mismo momento en el que a la conífera se la da ubicación, lleva consigo una fecha de caducidad de carácter obligatorio, algo injusto y bastante despiadado si no olvidamos que es un SER VIVO.
Y digo que es una grave consecuencia porque esta fecha de cese no se corresponde a la realidad, es decir, ese abeto no muere a partir del día 7 de enero de cualquier año por causas naturales, sino que es por motivos forzosos que a capricho de quienes durante tres semanas le rindieron pleitesía, después no encuentran razón alguna para mantener un obstáculo de semejantes dimensiones. Y esto desemboca en abandonarlos junto a los contenedores de basura (¡qué detalle!).

Años de campañas de concienciación han fructificado porque parece ser que ahora una parte de esa gente que adquiere un abeto para adornar sus casas, establecimientos, oficinas o cualquier estancia, dedica unas horas, un fín de semana incluso, a devolverlo a su entorno natural, preocupándose por encontrar el lugar, la tierra y el clima adecuado para su integración.

De la misma manera que el montaje del "Belén" se convirtió en una tradición más y en una fiesta, tal y como describía al principio acerca de desmontar los atavíos del abeto, compartir esos momentos, organizar el trabajo en grupo y en el círculo familiar, dedicar un día para salir de excursión y alargar la vida de este árbol, debería trasformarse en más de lo mismo, en otra práctica ineludible y sana para la vida de todos.

Pero la última moda diseñada pro orientales y traída de Estados Unidos y países latinoamericanos, por lo general y sin ánimo de ofender, carentes de buen gusto, es la de emperifollar los balcones y ventanas que, curiosamente, dan a la calle.

El aderezo tan ridículo se debe -pienso- a la pretensión de aparentar de cara al exterior cual gallo haría en el corral, con la diferencia de que éste último es un animal que responde únicamente a sus instintos de procreación y, por ende, de supervivencia. El ser humano, sin embargo, se obstina en engrosar su imagen -repito- la que los demás ven, por mera vanidad.
En algunas personas existe una necesidad impetuosa de demostrar al resto del mundo no quienes son, sino quienes les gustaría ser, fracasando en el intento, claro, porque cualquier disfraz de estas características se va a tornar en una imagen grotesca, distorsionada y en absoluto real de sí mismos.


En la siguiente fotografía no se pueden observar los detalles en su totalidad, necesitaría una cámara reflex que soportara 800 ASA y poder paralizar el movimiento (¡qué contradicción, jé!, "pa-ra-li-zar-el-mo-vi-mien-to") pero me tengo que conformar con mi Nikon digital. Puedo asegurar que ver las luces y los cuerpos geométricos in situ impresiona, palpitando éstas a intervalos exactos. Coreografías programadas por algún oriental desorbitado a causa del exceso de horas de trabajo. Así les va en todo, con el mayor índice en ataques epilépticos, según la OMS. Lo cierto es que uno se hipnotiza mirando las lucecitas parpadear y, desde luego, no es por el encanto ni la gracia de éstas.

Recuerdo que, no hace mucho, en un programa de zapping (según la RAE desde hace algo más de dos años: Zapear, verbo intransitivo... pero, ¡ah!, eso es otra historia) aparecía un vídeo-montaje, larguísimo por cierto, que era la culminación de la horterada en lucecitas navideñas.
No me quedó la menor duda de que era una sátira del o de los autores, pues como banda sonora habían elegido el instrumental de un famoso villancico ("25 de diciembre... zum, zum, zum...") que perfectamente podría encajar en cualquier firlm de Vincent Price pues se había versionado según Heavy duro (duro, duro). Las diferentes lamparitas se encendían y apagaban a lo largo de un balcón, dos ventanas, la puerta de entrada y el jardín como si bailaran con cada acorde. La composición era perfecta. Pero el conjunto en sí mismo, respondía a la ironía, al ridículo de tantas y tantas casas que en estas fechas parecen competir entre ellas por el premio al más hortera de la ciudad.

¿Qué decir de los cientos de Papá Noeles (algunos de tamaños realmente considerables) que cuelgan de las terrazas de los edificios?
Me pregunto dónde los guardarán el resto del año. Si en la era del reciclaje existirá algún contenedor especial para éstos o si, por el contrario, aprovecharán las ropas para alguna mantita tipo patchwork, o para acostarse con el muñeco en cuestión, que fantasías, perversiones y perversos ha habido toda la vida de dios. ¡Já!

domingo, diciembre 18, 2005

J'adore

Desde un ángulo no más de 35º, el sol de la mañana proyecta sus rayos en la esquina de mi ojo izquierdo.

Adoro la sensación de calor de ese par de minutos. Sí, escaso tiempo pues me sorprende caminando.
Esa calidez se traduce en un abrazo de luz y sueño que el Disco Solar me acoge entre sus brazos como lo hizo tres mil años atrás.

Mi mirada se torna ámbar y el oro toma protagonismo con cada paso, con cada golpe de vista hacia cualquier pieza del conjunto de mi campo de visión.
Me siento única.
Privilegiada.
La Corona Real sobre mi punto de partida.

La Reina del Nilo... que nunca he dejado de ser.

Te comprendo, Akhenatón.

jueves, diciembre 15, 2005

Gods, I need your help tonight

Baby slow down
The end is not as fun as the start
Please stay a child somewhere in your heart

I'll give you everything you want
Except the thing that you want
You are the first one of you kind

And you feel like no-one before
You steal right under my door
And I kneel 'cos I want you some more
I want the lot of what you got
And I want nothing that you're not

Everywhere you go you shout it
You don't have to be shy about it

Some things you shouldn't get too good at
Like smiling, crying and celebrity
Some people got way too much confidence, baby

I'll give you everything you want
Except the thing that you want
You are the first one of your kind

And you feel like no-one before
You steal right under my door
I kneel 'cos I want you some more
I want the lot of what you got
And I want nothing that you're not

Everywhere you go you shout it
You don't have to be shy about it, no
And you'll never be alone
Come on now show your soul
You've been keeping your love under control

Everywhere you go you shout it
You don't have to be shy about it

Everywhere you go you shout it
Oh, my... my...

And you feel like no-one before
You steal right under my door
I kneel 'cos I want you some more
I want you some more, I want you some more...

*

Original of the Species - U2
How to dismantle an atomic bomb

lunes, diciembre 12, 2005

Odonatos. Anisópteros. Libellulidos. Libélulas.


















Entre las perfecciones de este insecto se encuentra ésta: una posición digna del Kamasutra donde equilibrio, fuerza y precisión se combinan simultáneamente.

Pero dime, ¿acaso no es la mayor excelsitud del placer follarse mutuamente?


viernes, diciembre 02, 2005

Batalla perdida

















*

He de agradecer a la galería de imágenes de la página a la que hace mención esta fotografía por tomar prestada una de ellas.

Hoy es el gran día de la Batalla Perdida.
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