martes, noviembre 27, 2007

Horteradas

Ya escribí sobre ellas hará dos años. Fotografía incluída.

Pero es que la sorpresa me sobrevino ayer cuando, volviendo a casa, pude ver colgado de un balcón el lucernario de turno, enrollado a los barrotes y muy bien atado, no vaya a ser que en estos días en los que el cierzo está arrasando con todo en Zaragoza (mi cabeza está hecha un desastre: la jaqueca me va a matar un día de éstos) se fuera a llevar al Papá Noël, sus escaleritas y los metros de cable y bombillas de color neón. Sin lugar a dudas, una obra de arte (la gran mayoría adquiridas en los bazares orientales) que se empieza a colocar cuando aún no hemos pisado el mes de diciembre.

No me quejo. En el fondo ya estoy acostumbrada a pasear o a desplazarme por la ciudad y encandilarme con los parpadeos multicolores que por doquier se suspenden en las fachadas los días previos a la Navidad.
Hasta los puticlubes de carretera tienen más estilo...

Y ahora está el tema del ahorro de energía.

Es cierto que las calles y avenidas quedan más bonitas con el embellecimiento que los Ayuntamientos procuran.
Es impresionante pasear bajo un techo de estrellas que casi puedes tocar...
La siguiente fotografía es de la seductora ciudad de Edimburgo.


Pero no hace falta irse fuera de España para encontrar decorados tan espectaculares.
Si se quiere, se puede ornamentar con clase. El centro de Zaragoza, por ejemplo, suele estar bastante decente, pero el tema del gasto de energía se dispara.

Serán más de 14.000 bombillas que se encenderán a partir del 5 de diciembre y durante un mes. Alumbrarán desde las 18:00 hasta las 00:00 horas lo que supondrá casi 200 horas de gasto extra de luz (y espíritu navideño, claro, claro...).
A ésto hay que añadirle los grandes y pequeños comercios (hoy he entrado en una gran superficie y su interior ya está completamente decorado. Como banda sonora ya se escuchan villancicos) además de las casas particulares.

Después, en la cuesta de enero, cuando todo ya esté olvidado -porque los españoles tenemos la lamentable facilidad de olvidar muy rápidamente- nos vendrán las campañas de ahorro de energía.
¡Qué risa!

viernes, noviembre 23, 2007

Irmin Awjan

Me enamoré de su voz en 1998, cuando la vi en Abre los Ojos, de A. Amenábar. Y desde entonces se ha convertido en un fetiche porque me parece la voz femenina más sexy del mundo.

He aquí lo último de Najwa Nimri.

lunes, noviembre 19, 2007

Una fuente en el desierto

Bien. Parece que para el desierto de los Monegros ya hay un objetivo en marcha.
Se trata de Gran Scala, un complejo de ocio y -según publican en este enlace- se convertiría en el más grande del mundo.

Una de las temáticas propuestas, se centraría en torno al mundo del cine, más concretamente al espionaje, bautizada como SpyLand.

No sé qué impacto medioambiental tendrá en la zona. Supongo que los biólogos estarán todos revolucionados con la noticia (con la de especies nuevas de insectos que se han descubierto en los últimos años o, como leí hace tiempo, aquellas otras especies que sólo existen en este lugar y en la India lo que confirma la unión de ambos continentes). Pero lo que queda patente será la explosión en cuanto a infraestructura que habrá que organizar para poder crear una ciudad de la nada, además de los enlaces que ésta necesitaría.

Ahora sólo podemos esperar... Después del cambio (a mejor) que está sufriendo Zaragoza con motivo de la Expo, el despegue de mi ciudad es algo inminente.

sábado, noviembre 17, 2007

Estoy genial...

Ya te lo dije: no te preocupes por mí...

Pero mientras llegan las explicaciones acompañadas de tempura por ejemplo, te adelanto lo siguiente:

Sustituyo en su totalidad el trigo corriente por la espelta. Así que ya sólo comemos pan de este cereal.
La pasta lo mismo, aunque también cocino macarrones, espaguetis o fideos de arroz, de avena...

Adiós a las patatas. No pasa nada. Se vive igual de feliz aunque a veces las eche un poquito de menos.
Y, claro, fuera azúcar. Da igual si es refinada o de caña. Pero voy combinando el sirope de ágave, el de arce, la miel, la fructosa y los edulcorantes convencionales.

Ah, y me encanta la quinoa que utilizo a menudo como guarnición con las venduras cocidas de manera tradicional, o añadiéndola al wok, o como una especie de cus-cus.

Mi alimentación se circunscribe básicamente, y -como sabes- por una mezcla de necesidad y convicción, a los alimentos ecológicos. Todas las semanas recojo mi cesta de frutas y verduras de temporada. Además, las visitas a las tiendas de este tipo son muy regulares.
Te aseguro que la diferencia es notable en el sabor...
Vale, también en el presupuesto, pero se gana en salud.
Yo me lo tomo algo así como una inversión a largo plazo. Cierto es que éste modo de alimentación no me va a eximir de padecer ninguna enfermedad o de mantenerme al márgen de éstas. Pero sí estoy muchísimo más activa (¿te acuerdas de ésto?), evito pesticidas y metales pesados, así como gran cantidad de alimentos modificados genéticamente que no nos traen nada bueno.

No. No padezco ortorexia ni nada por el estilo. Puedo ir a casa de mis amigos y comer de lo que pongan. Puedo ir a muchos restaurantes y seleccionar lo que más me interese. No he cambiado mi vida social por éste motivo. Simplemente llegó un día en el que decidí modificar algunos aspectos de mi vida y que ésta fuera un poquito más saludable.
Me hice un test de Alcat o comunmente llamado de intolerancia alimentaria por unos problemillas que se alojaban en mi organismo cada cierto tiempo.
El resultado fue la prohibición de ciertos alimentos que me afectaban activamente con respecto a lo que acabo de describir (y que será objeto de la conversación esa que tenemos pendiente).
Había un buen número de ellos, pero la verdad es que no me han trastocado en exceso mis hábitos.
La lechuga, los lácteos (pero el kéfir sí puedo tomarlo y lo adoro), el trigo, las patatas, los azúcares... son un ejemplo de estas restricciones.
Sin embargo, este cambio me ha servido para adentrarme en la comida sana, como apuntaba al principio y añadir otros alimentos que antes no estaban presentes (kéfir, quinoa, espelta, y otros)

Simultáneamente decidí canalizar mi energía haciendo algo de deporte ya que aparte de emplear en total una media hora en ir y volver al trabajo y subir -ocasionalmente- las escaleras no hacía otra cosa.
He vuelto a nadar y, ya que estoy, aprovecho los hidromasajes y los chorros cervicales.
Lo de la bicicleta ya lo sabes, aunque ahora, en invierno (¿has olvidado el cierzo?) se hace soberanamente duro pedalear con el viento en contra. Luego está lo del frío...
Creo que hasta la primavera, voy a darle vacaciones a la bicicleta como medio alternativo de desplazamiento aunque continuaré cogiéndola para ir al parque y pedalear un rato.

¿Daños colaterales?
Bueno, pues también te lo comenté: Físicamente está el tema de los kilos. El número total lo desconozco, porque hace años que no me peso (desde que me controlaban durante el embarazo, como a todas) y, como tampoco me preocupaba en exceso, no sé ni lo que pesaba antes ni lo que peso ahora, pero, aproximadamente, en la talla de la ropa sí se aprecia considerablemente.
Mis músculos están tan duros como cuando era adolescente, mis pechos lo mismo (y siguen sin caerse).
Lo cierto es que mis genes deben de estar bendecidos por alguna diosa ya que de momento la edad no está haciendo mella en mí. Así que desde aquí una nota de agradecimiento para ella por ser tan benévola conmigo. Espero que no se arrepienta y me mande todos juntos a bocajarro. No sé si podría asimilarlo... Pero en fín, son cosas que al final, siempre vienen.

Y volviendo al principio, que como muy saludablemente, que estoy encantada con mi cuerpo, que no ando escasa de proteínas y no me falta de nada.
En serio.
Gracias.

miércoles, noviembre 07, 2007

Instinto Animal

Y en última instancia, ellas. Las madres.
Lamentablemente a muchas les falta ese instinto animal del amor por los hijos.

ESTE BLOG CONDENA LA EXPLOTACIÓN Y EL MALTRATO INFANTIL.
Es algo que me repugna y no puedo soportar bajo ningún concepto.

La legislación, por otra parte, considero que no es lo suficientemente severa para los condenados.
Parece ser que las vidas de los niños, destrozadas en momentos clave, en una etapa primordial para asentar las bases que sustenten la personalidad de su futuro no son lo suficientemente importantes para quienes podrían modificar las leyes.
¿Quién les devolverá su infancia? ¿Y su futuro?

A continuación un vídeo de Cranberries que lleva título homónimo al de este post.
Perteneciente al álbum Bury The Hutchet.


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