Murió...

Llevaba meses pensando poner en mi blog un enlace al suyo, para tener más fácil acceso a él.
Hace justo un año dejó de escribir...
Hoy ya sé que para siempre.

¡Toma, chaval!

Hace un tiempo escribí sobre él y sobre otros como él.
Hoy leo que le han sentenciado a un año y medio de prisión aproximadamente (no lo recuerdo bien). Y aunque me alegro de que la pena abarque algo más que la compensación económica, el castigo me parece insuficiente. Y digo ésto porque todos sabemos que el "ASESINO" en cuestión cometió su falta y se largó con el rabo entre las piernas. Seis meses después y tras un tiempo de ¿reflexión? (claro, para que no se le caiga la melena) decide declararse culpable, no sin antes haber intentado que su hermano, menor de edad por entonces, se autoinculpara y poder irse los dos prácticamente "de rositas".
Aún habiendo leído la noticia estoy yo a la espera de que el gitano y su abogado recurran esta sentencia y se pueda librar de la cárcel. Los sinvergüenzas lo suelen hacer.
Y digo yo, éste tío... ¿dormirá bien por las noches? ¿no tendrá cargo de conciencia?

Manda wevos que haya unos cuántos detenidos con prisión preventiva desde hace varios meses ya (y lo que les queda) por la archiconocida Operación Malaya y éste niñato que no hay que olvidar QUE HA MATADO A UN HOMBRE y se ha dado a la fuga, un día por otro, un permiso diplomático aquí, otro por allí... un bailecito por Marsella, otro por París y otro por Cuba... se esté escaqueando de un castigo que le correspondía cumplir hace ya tiempo.

Por otro lado no entiendo la divulgación por todos los medios del titular "castigo ejemplar". El tiempo que pase en la cárcel va a ser cuarto y mitad de lo que realmente se merecía -como poco-. "Ejemplar" no es precísamente. Sí que lo sería que, por lo menos, no se redujera esta cifra...
Pero los jueces (ah! dioses y señores del universo...) y don-dín-dín-don-di-ne-ro... van de la manita los dos. Si pisa una celda, será gracias a la indignación pública con respecto a éste caso no porque el juez de turno se afirme irrevocablemente en su veredicto.