sábado, enero 31, 2009

Sangre Azul

Hubo una vez, un tiempo... en el que tú también creías que éramos dioses.

lunes, enero 26, 2009

El periplo del Wittelsbach

El diamante Wittelsbach, de color azul grisáceo, se extrajo en una mina de la India (ahora ya agotada) y se llevó directamente a la Corte Española, donde el Rey Felipe IV se lo regaló a su hija, la Infanta María Teresa de Austria, como parte de la dote para su matrimonio con su tío Leopoldo I, Emperador del Imperio Germánico.

Tras la temprana muerte de la Infanta, la joya fué heredada por su sobrina Ana María de Austria que a partir de su matrimonio con el Príncipe heredero de Baviera pasó a formar parte de la corona bávara por lo que se fué sucediendo en la familia Wittelsbach durante los años 1722 hasta septiembre de 1921, año del fallecimiento de Luis III y además, fecha en la que el diamante ornamentó por última vez a un monarca. A su muerte, el Wittelsbach y todas las demás joyas adscritas al Tesoro Real, pasaron a las dos siguientes sucesiones de monarcas.

En 1931 la casa de subastas Christie's lo vendió a un particular para que el dinero recaudado se repartiera entre los herederos de Luis III.

Casi treinta años después, la joya volvió a ser subastada para recaer en manos de un coleccionista privado aunque, poco antes, fue exhibida en la Feria Mundial de Bruselas (1962).

Sin embargo, como dijo la actriz Elizabeth Taylor, las joyas no tienen dueños sólo meros portadores, el diamante Wittelsbach no terminó ahí su periplo. A finales del año pasado se subastó de nuevo en la sala Christie's de Londres por la nada desdeñosa suma de 24.300.000 dólares y fué adquirido por el joyero Laurence Graff.

Pero ésta no será sino otra de sus paradas...

sábado, enero 17, 2009

Bajo el sol de Osaka

- ¿Quién sabe? Quizá nos veamos en algún otro sitio. - dijo él.

- O quizá no... ¿Quién sabe?. - fingió ella tratando de no parecer vulnerable.

*

En realidad, mientras se alejaba, pensó de manera fugaz en volver a él y decirle : "¿sabes? no quiero perderte la pista...".

Sin embargo no lo hizo. Sólo se volvió a observar una vez mas su elegante perfil hasta ver cómo desaparecía entre la multitud.

sábado, enero 10, 2009

Lost!

A seis días de perderme bajo el sol de Osaka...

martes, enero 06, 2009

Uno de los motivos

El fín de los estudios debe ser dar al espíritu una dirección que le permita formular juicios sólidos y verdaderos sobre todo lo que se presenta a él.

Regulae ad directionem ingenii.
René Descartes
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