domingo, julio 15, 2007

Las 7 maravillas... de Aragón

Aprovechando los resultados de las nuevas 7 Maravillas del Mundo celebrados la semana pasada (yo voté por la Alhambra y ¡cachis! no salió... pero, bueno, me conformo con que las Pirámides de Gizeh se les ha otorgado el título de "intocables" y no entran a concurso por lo que pasan a ser: Universales) a unos cuántos Aragoneses de mayor o menor prestigio e influencia han ideado la petición de votos, a nivel autonómico, de las 7 maravillas de Aragón construídas por la mano del hombre (maño o no, eso ya no lo sé).

El caso es que los resultados son los siguientes (no olvides que este listado merece visita obligada
):

1º. - Castillo de Loarre (Huesca).
Lugar donde se rodó parte de la película El Reino de los Cielos de Ridley Scott y que revolucionó la localidad de Ayerbe por la presencia de Orlando Bloom (¿qué le ven las crías a ese niñato escuálido?).
Confieso que siento por los castillos una especial devoción. Puedo pasar horas en cualquiera de ellos. Da igual en las condiciones en las que se encuentre. Lo primero que hago es adentrarme -si es posible- en la Torre del Homenaje y, una vez allí, cuento las plantas y observo el techo en busca de algún resto de pintura, busco las vigas de madera, el rastro de fuego en la piedra... Luego me fijo en las ventanas y trato de constatar la época. Después de haberle dedicado el tiempo necesario, salgo ya al patio y comienzo a pasear junto a la muralla para no perderme ningún detalle.
En uno de los últimos castillos en ruinas que pude visitar (y tuve la suerte y el privilegio de poder pasar -no sin peligro-) pude ver una gárgola en la Torre del Homenaje. Creo que salté de alegría. Mi primera gárgola. Allí, a unos pocos metros sobre mí... ESPECTACULAR.

2º. - El Palacio de la Aljafería (Zaragoza).
Una fortaleza inicialmente construída por los árabes durante su consabida y prolongada estancia en Zaragoza. El enlace proporciona algunas fotografías en las que se pueden observar los detalles de la arquitectura, así como datos acerca de esta construcción.
Ahora sede de las Cortes de Aragón.

3º. - La Catedral de La Seo (Zaragoza).
Hasta hace menos de diez años ha permanecido cerrada. Por lo que crecí junto al desconocimiento del interior de este edificio sacro.
Una vez rehabilitado, pude contemplar un lateral de construcción mudéjar maravilloso.
Aunque sí he visitado una de las capillas (por curiosidad), la de Santa Rita. Me han comentado que la "verdadera" catedral es de una belleza magestuosa. Eso sí, la fachada o alzado, a pesar de que al restaurarse la pintaron, según dicen, como era originariamente, ese color blanco unificado me parece totalmente artificial.

4º. -
Monasterio de San Juan de la Peña (Huesca).
Ya lo he visitado varias veces y siempre he salido encantada.
Anclado en la piedra, en una oquedad de la montaña, perteneció al fenómeno del eremítico (cabe destacar, por ejemplo San Saturio, en Soria).

5º. - Albarracín (Teruel).
Monumento Nacional y del que quedé prendada en mi última visita (incluída la muralla, conservada en excelentes condiciones).
Ha recibido diversas subenciones para arreglar las casas particulares y contribuir a la belleza en conjunto.
Lo mejor: perderse en el laberinto de sus calles y alojarse en cualquiera de los numerosos hotelitos y hostales con encanto que se pueden encontrar en cualquier recodo.
Adjunto una fotografía, hecha por mí y que, por cierto, tengo como fondo de escritorio en el pc de mi trabajo.


6º. -Torres Mudéjar (Teruel).
Son las de San Martín, Salvador y San Miguel.
Como dato: el Mudéjar Turolense ha sido declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.

7º. - La Basílica del Pilar (Zaragoza).
Curiosamente, la construcción más emblemática de Zaragoza, o incluso de Aragón, ha sido relegada al séptimo puesto.
Lugar de peregrinaje de fieles, turistas y curiosos.
El Pilar, cuyas torres iluminadas pueden vislumbrarse en la noche a varios kilómetros de distancia.
El Pilar, que posee en su haber unos frescos de Goya en una de sus cúpulas y que han sido recientemente restaurados.
El Pilar, que -dicen- le cayó una bomba (la cual está expuesta e intacta para ser contemplada) durante la guerra civil y el Templo no resultó dañado (¿por obra y gracia de qué dios?) salvo parte del techo por el impacto de la caída, obviamente.
El Pilar, en el que a mi madre se le enganchó un tacón al pasar sobre el suelo de hierro forjado de la entrada. Tuvo que quitarse el zapato para poder tirar de él. Una escena graciosísima.
A propósito de este subsuelo, siempre me he preguntado qué habría allí abajo. La verdad, es que no es un lugar íntimo como para agacharse, investigar (con un ojo pegado al suelo) y salir sin que te vea nadie.

Resumen: contenta con los resultados, a sabiendas de que el listado no va a ninguna parte, pero que puede servir como reclamo turístico y consiguiente provecho para cualquiera de las tres provincias.
¿A qué esperas?

jueves, julio 12, 2007

Once upon a time...

Había decidido ir a verle.

En el hotel donde me alojaba no tenían disponible -por el momento- el aparcamiento para bicicletas. Así me lo notificó el propio Director del mismo.
Su cara me resultaba familiar. Sí. Le conocía porque porque bastantes años atrás, durante mi adolescencia él me estuvo persiguiendo durante una temporada.
Cada vez que me veía, me preguntaba, estuviera donde estuviera: "¿quieres salir conmigo?".
Ahora era ya era un hombre. Bastante atractivo. Muy alto. Fuerte. Ojos grandes y azulados.
"Vaya..." - pensé. Pero no le dediqué ni un segundo de mi tiempo una vez que terminó el trato: podía guardar la bicicleta en la habitación de mi hotel.

Me dirigí a su casa.

Él había preparado una fiesta para cuatro (¿adivinaremos quién es la otra pareja?).

Recuerdo mi falda y top de lino blanco, estilo ibicenco, flotando en medio de la noche.
Recuerdo que no había demasiado humo.
Recuerdo la buena música.
Recuerdo las risas, el alcohol y sus manos.
Recuerdo el haz de luz artificial que se escurría por el alto de la claraboya.
Me recuerdo sentada en el suelo. Delante de él. Apoyándome en él.
Recuerdo otra vez sus manos en mi pelo, en mis hombros y en mis brazos.
Y después vinieron los besos.

Los demás desaparecieron. Se desvanecieron como espectros aprovechando ese haz de luz artificial que luchaba por hacerse un hueco de protagonismo en esa semi oscuridad tan lograda.
La música se tornó a una simple voz en off.

- Tengo calor. Ven a bañarte conmigo en la piscina.

El tono de voz y su mirada me convencieron de manera brutal.

jueves, julio 05, 2007

"50 frases" ó "Confío en volver a verte..." ó "Quiero acercarme a tu espalda..."

martes, julio 03, 2007

Como en un musical

Si mi vida se convirtiera ahora mismo en un musical, las canciones serían de Los Piratas. Y él me las cantaría muy cerca.

¿Por qué? Pues porque tiene la misma chulería que Iván Ferreiro.
Yo también.
Y que los dioses no me malinterpreten: la adoro.
La de él.
Y la mía.
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